PLANEACION Y SUS PROYECTOS EN BLOQUE.

 

PROCESOS ADMINISTRATIVOS QUE PERJUDICAN A LAS COMUNIDADES.

PLANEACION Y SUS PROYECTOS EN BLOQUE.

“¿acaso poderes politiqueros?”.

ALGO HUELE MAL.
Son innumerables los perjuicios que se presentan para la comunidad al desarrollar proyectos en Bloque: EL facilismo en la Planeación a Costo del Tejido Comunitario y el Ecosistema de Operadores Locales

PREFACIO

En el ámbito de la intervención social y el desarrollo comunitario, la planificación de proyectos constituye una herramienta fundamental para promover el bienestar colectivo. Sin embargo, en diversas experiencias se ha evidenciado que la ejecución de iniciativas en bloque —caracterizadas por procesos de planeación centralizados y poco participativos— puede acarrear perjuicios significativos. Este fenómeno, denominado “facilismo en la planeación”, implica la adopción de soluciones preestablecidas sin la debida adecuación al contexto cultural, social y económico de la comunidad, lo que afecta negativamente tanto el tejido social como el ecosistema de operadores locales.

En proyectos de desarrollo microempresarial, actividades deportivas y el fortalecimiento de medios comunitarios y alternativos, el uso de metodologías estandarizadas y la ausencia de un diálogo genuino con los actores locales generan desconexión, pérdida de identidad y desintegración de redes de apoyo. Este artículo pretende analizar objetivamente estos perjuicios, identificar las causas subyacentes y plantear alternativas que promuevan una planeación participativa y sostenible, esencial para la salud y el desarrollo comunitario.

El Facilismo en la Planeación:

Definición y Contexto.

El término “facilismo en la planeación” se refiere a la tendencia de implementar un cumulo de proyectos mediante procesos simplificados y centralizados, en los que la inmediatez y la aplicación de soluciones “llave en mano” se priorizan sobre el análisis profundo de las realidades locales. Si bien la búsqueda de eficiencia es comprensible en contextos de escasez de recursos y urgencia en la intervención, este enfoque presenta dos características determinantes:

*    Centralización del proceso: Las decisiones se toman en instancias superiores o desde enfoques “normativos”, sin considerar la diversidad y complejidad de las realidades comunitarias.

*    Ausencia de participación genuina: La consulta y el involucramiento de los actores locales, quienes poseen verdadero conocimiento sobre las dinámicas propias y las necesidades reales, resultan escasos, superficiales o nulas.

La implementación de proyectos “en bloque” se traduce en intervenciones homogéneas, que no logran integrar las especificidades culturales, sociales y económicas de cada comunidad. Esto, a su vez, puede generar resistencia, desafección y, en algunos casos, el deterioro del tejido comunitario.

                                   Impactos en el Tejido Comunitario

El tejido comunitario se compone de redes de relaciones, prácticas culturales y mecanismos de autogestión que permiten a los habitantes enfrentar desafíos colectivos. Cuando se implementan proyectos en bloque, estos elementos se ven comprometidos por diversas razones:

·        Desconexión con las necesidades locales:

 Las iniciativas diseñadas sin una adecuada consulta tienden a abordar problemáticas de forma genérica. Por ejemplo, en proyectos de desarrollo microempresarial, la falta de adaptación a las realidades del mercado local puede desplazar a emprendedores autóctonos, generando frustración y pérdida de confianza en las instituciones.

·        Pérdida de identidad y sentido de pertenencia:

 Las actividades deportivas y culturales, al no estar arraigadas en las tradiciones y aspiraciones comunitarias, pueden convertirse en meros ejercicios formales. Esto afecta el sentido de identidad colectiva, elemento crucial para el fortalecimiento de vínculos y la promoción de la salud mental.

·        Fragmentación de la red de apoyo:

 La sustitución o desvalorización de los operadores locales—personas, organizaciones y colectivos que han venido trabajando en el territorio—debilita los mecanismos de contención y apoyo social. La consecuencia directa es una disminución en la capacidad de respuesta ante crisis, lo que repercute en la salud integral de la comunidad.

                          Efectos en el Ecosistema de Operadores Locales.

El ecosistema de operadores locales representa la diversidad de actores que, a través de su conocimiento y experiencia, contribuyen a la solución de problemas comunitarios. La aplicación de proyectos en bloque tiende a marginar o incluso desplazar a estos actores, por diversas razones:

                            Exclusión de saberes y prácticas locales:

 Al privilegiar modelos predefinidos, se ignoran los saberes tradicionales y las metodologías propias de la comunidad. Esto no solo genera pérdida de capital cultural, sino que también limita la capacidad de innovación y adaptación de las intervenciones.

                          Debilitamiento de la capacidad organizativa:

 Los operadores locales, al verse relegados a un rol secundario o simplemente absorto en procesos externos, pierden oportunidades para fortalecer sus estructuras, lo que incide negativamente en la sostenibilidad de cualquier proyecto a mediano y largo plazo.

Generación de dependencia: La imposición de proyectos centralizados puede fomentar una relación de dependencia respecto a las entidades externas, reduciendo la autonomía y la resiliencia de la comunidad frente a futuros desafíos.

.                             Análisis de Proyectos Específicos

Para ilustrar cómo se manifiestan estos perjuicios en la práctica, es pertinente analizar tres ámbitos de intervención:

                                  Desarrollo microempresarial

La promoción de iniciativas empresariales en bloque a menudo obvia la particularidad de los mercados locales. Programas diseñados sin la participación de los actores locales pueden favorecer modelos de negocio que no se adaptan a las condiciones reales del territorio, dejando de lado a emprendedores que poseen un conocimiento íntimo del contexto. El resultado es una inversión que, en lugar de dinamizar la economía local, puede contribuir a la concentración de recursos y al empobrecimiento de la diversidad empresarial.

                                          Actividades Deportivas

Las intervenciones en el ámbito deportivo, cuando se aplican de forma estandarizada, pueden dejar de lado las prácticas culturales propias y las necesidades específicas de la comunidad. Si bien la promoción de la actividad física es fundamental para la salud, la imposición de programas sin un diagnóstico participativo puede traducirse en iniciativas que no logran fomentar la integración social ni la práctica de actividades que resulten significativas para los habitantes. Esto puede llevar a una baja participación y, en consecuencia, a la pérdida de un importante vector de cohesión y promoción de la salud.

 

                   Fortalecimiento a medios Comunitarios y Alternativos.

Los medios comunitarios cumplen una función esencial en la difusión de saberes, la promoción de la cultura local y la construcción de narrativas propias. Cuando proyectos de fortalecimiento mediático se desarrollan sin el involucramiento directo de los actores locales, corren el riesgo de convertirse en instrumentos de comunicación genéricos, alejados de las realidades y necesidades de la comunidad. La imposición de líneas editoriales y contenidos preestablecidos puede, además, limitar la libertad de expresión y la capacidad crítica, elementos fundamentales para el desarrollo de una ciudadanía informada y participativa.

                             Implicaciones para la Salud Comunitaria

La salud no se entiende únicamente como la ausencia de enfermedad, sino como el estado de bienestar físico, mental y social. La forma en que se estructuran los proyectos de intervención comunitaria tiene repercusiones directas en este ámbito. Entre los principales efectos negativos se destacan:

                                        Impacto en la salud mental:

La sensación de exclusión y la desvalorización de las iniciativas locales pueden generar sentimientos de impotencia, frustración y estrés. La pérdida de redes de apoyo y de identidad colectiva incide en la salud emocional de los individuos, aumentando el riesgo de padecer trastornos relacionados con la ansiedad y la depresión.

                               Debilitamiento de la cohesión social:


Una comunidad que se percibe marginada y cuyos actores locales se ven desplazados es más vulnerable a la fragmentación social. La cohesión y el sentido de pertenencia son determinantes sociales que favorecen estilos de vida saludables; su deterioro puede contribuir a la aparición de conductas de riesgo y a la disminución de la capacidad de la comunidad para responder a emergencias sanitarias.

Reducción de la eficacia en la promoción de la salud:
Las intervenciones que no integran a la comunidad en el diseño y la ejecución de políticas de salud suelen tener una menor eficacia. La participación activa es esencial para la adopción de prácticas saludables y para el éxito de campañas de prevención y promoción. El facilismo en la planeación, al excluir a los operadores locales, limita el alcance y la pertinencia de estas acciones.

6. Reflexiones y Propuestas para un Enfoque Participativo

Ante los desafíos presentados, es fundamental repensar la manera en que se conciben y ejecutan los proyectos de intervención en el ámbito comunitario. Algunas consideraciones clave son:

                                Promoción de procesos participativos.

Involucrar a la comunidad y a los operadores locales desde la fase de diagnóstico y diseño es esencial para garantizar que las intervenciones respondan a las verdaderas necesidades y potencialidades del territorio. La creación de mesas de trabajo y la realización de diagnósticos participativos pueden facilitar una mayor adecuación de los proyectos.

                              Fortalecimiento de capacidades locales.

Es prioritario invertir en la capacitación y el fortalecimiento organizativo de los actores locales. Esto no solo empodera a la comunidad, sino que asegura que las intervenciones sean sostenibles y adaptables a cambios en el contexto.

                         Fomento de alianzas multisectoriales.

La integración de diferentes actores—instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales, sector privado y líderes comunitarios—puede enriquecer el proceso de planeación y ejecución de proyectos. Las alianzas basadas en el respeto y la equidad permiten aprovechar el conocimiento de cada sector y reducir la tendencia al facilismo centralizado.

                       Evaluación y retroalimentación continua.

Establecer mecanismos de seguimiento y evaluación que incluyan la percepción de la comunidad es fundamental para ajustar las intervenciones y corregir desvíos en el proceso. La retroalimentación constante favorece la adaptabilidad y mejora la calidad de los proyectos.

                                                     En resumen.

La implementación de proyectos en bloque, caracterizados por un facilismo en la planeación, puede generar serios perjuicios en el tejido comunitario y en el ecosistema de operadores locales. La falta de participación y la imposición de modelos estandarizados no solo disminuyen la eficacia de las intervenciones en áreas como el desarrollo microempresarial, las actividades deportivas y el fortalecimiento de medios comunitarios, sino que también afectan la salud integral de la comunidad.

Para revertir este escenario es necesario adoptar un enfoque verdaderamente participativo, que reconozca y fortalezca los saberes y capacidades locales. Solo a través de la integración de la comunidad en todos los niveles de la planificación y ejecución de proyectos se podrá garantizar el respeto por la identidad cultural, la cohesión social y, en última instancia, el bienestar colectivo.

Este análisis invita a repensar las estrategias de intervención en el campo social y de la salud, poniendo en primer plano la importancia del diálogo, la equidad y el respeto por la diversidad. En un mundo en constante cambio, la adaptación y la participación se constituyen en pilares esenciales para el desarrollo sostenible y la construcción de comunidades más resilientes y saludables.

Este artículo busca aportar conceptos y reflexiones que inviten a la revisión de prácticas y a la construcción de modelos de intervención que, más allá de la inmediatez y la aparente eficiencia, prioricen el fortalecimiento del capital social y la salud integral de las comunidades.

Revista ABC de la salud.

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