Convenio Interadministrativo 710-2024.
Aprender y conectar generaciones a través de la música de Jamaica
"Desde los barrios de Kingston
hasta los escenarios internacionales, el ska se convirtió en un símbolo de
identidad, resistencia y alegría caribeña."
En este marco, uno de los ejes temáticos más apasionantes es
la exploración de la música de Jamaica, en particular de sus raíces históricas
y culturales, con especial énfasis en el ska, un género que, aunque nació en un
contexto local, se convirtió en una voz universal de resistencia, alegría y
creatividad.
Música Jamaiquina, un puente entre generaciones
La música jamaicana, más allá de su ritmo contagioso,
encierra una historia profunda de lucha, migración, encuentro de culturas y
expresión popular. Desde la isla caribeña hasta los barrios de ciudades como
Londres, Nueva York y Bogotá, el reggae, el ska y el rocksteady han encontrado
eco en jóvenes y adultos que reconocen en sus acordes una identidad compartida
de resistencia y esperanza.
Para la localidad 18 de Rafael Uribe Uribe, conocer esta
historia musical no solo representa un acercamiento a un arte vibrante y
poderoso, sino también una oportunidad para reflexionar sobre nuestras propias
expresiones culturales, nuestras búsquedas de identidad y nuestras
posibilidades de transformación social a través del arte y la participación
comunitaria.
Orígenes del ska - entre el calor del Caribe y los vientos
del soul.
El ska surge a finales de los años 50 en Jamaica, en un
contexto de efervescencia social y cambio. El país estaba en camino hacia su
independencia (alcanzada en 1962) y las ciudades, especialmente Kingston,
hervían de creatividad e intercambio cultural.
El ska nació de la fusión de varios géneros; la herencia
africana del momento y el calipso caribeño, el rhythm and blues que llegaba de
Estados Unidos, y la riqueza melódica del jazz y el soul. Su ritmo
característico —con énfasis en el segundo y cuarto tiempo de cada compás,
conocido como "afterbeat"— se convirtió rápidamente en sinónimo de
alegría, celebración y también de resistencia.
Importante hay que destacar que los primeros grandes
exponentes del ska, como The Skatalites, no solo creaban música para bailar;
componían auténticos himnos de unidad y orgullo para el pueblo jamaicano. A
través de sus trompetas, saxofones y guitarras sincopadas, el ska narraba las
luchas y sueños de una generación que buscaba forjar su propio destino.
Jamaica para el mundo - la expansión de un legado
La migración jamaicana hacia Europa y América del Norte,
especialmente tras la Segunda Guerra Mundial, permitió que el ska y sus
derivados se diseminaran por el mundo. En Reino Unido, por ejemplo, jóvenes de
distintas etnias encontraron en esta música un lenguaje común contra el racismo
y la exclusión.
El movimiento Two-Tone de finales de los años 70 y principios
de los 80 fusionó el ska tradicional con el punk rock, revitalizando el mensaje
de inclusión y resistencia. Bandas como The Specials y Madness se convirtieron
en portavoces de una nueva generación que luchaba contra el racismo y las
divisiones sociales.
Hoy en día, el ska sigue vivo en múltiples formas y regiones,
incluyendo Colombia, donde ha sido abrazado por colectivos juveniles y músicos
alternativos como parte de una identidad urbana y rebelde.
Aprender
para transformar
El Convenio 710-2024 no solo nos invita a conocer la música
de Jamaica como un patrimonio cultural mundial. Nos ofrece una lección aún más
importante: entender cómo el arte puede ser una herramienta para construir
comunidad, preservar la memoria, fortalecer la identidad y proyectar sueños
colectivos.
En Rafael Uribe Uribe, este acercamiento al ska y a la
historia musical de Jamaica debe servirnos de inspiración para valorar también
nuestras propias expresiones culturales locales, para propiciar espacios de
encuentro intergeneracional y para continuar tejiendo, a través del arte, un
proyecto de sociedad más solidaria, justa y alegre.
La música, como la vida, se construye en colectivo. Y en ese
sentido, aprender sobre el ska es aprender sobre nosotros mismos: sobre
nuestras raíces, nuestras luchas y nuestras esperanzas de un futuro mejor.
¡La música no tiene fronteras cuando
nace del corazón de un pueblo!
¡El ritmo del ska es el latido de una Jamaica que
canta, lucha y celebra!
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